Husaberg FE 450/570, la toma de contacto (2/2)

El concesionario de Motormanía fue quién me invitó a participar en uno de los dos días de jornada de pruebas que había organizado para presentar al público los dos modelos, tanto la Husaberg FE450 como la 570. El escenario fue los alrededores de la antigua mina de Olloniego, cerca de Oviedo. Pistas y senderos abundantes para recorrer.

Como las experiencias, mejor vivirlas en compañía, arrastre conmigo a otro de los miembros del equipo XatuAstur, para que se subiese a la otra moto disponible. Creo que será una de las cosas que no me perdonará nunca, porque, avisados estáis, esta entrada no hablará sobre la moto, sino de la visión del enduro desde un profano en el tema.

José Viedma (Pepe), del que ya me habréis oido hablar de él en las BBQ Series se encargaba de marcarnos el camino. En estos casos, como es lógico, nos preguntó sobre nuestra experiencia en el campo. Poca, bicicleta y unas cuantas incursiones en circuito de motocross con las motos de supermotard. El problema es que se imagino que sabíamos algo. Pobre, ahora nos reímos pero las pasó canutas pensando que tenían que venir a rescatarnos.

Lo primero extraño es la postura. Ir de pie te hace perder completamente el tacto sobre los elementos de la moto: cambio, freno, embrague, acelerador... Parecen que funciona de forma diferente. Hay que olvidarse de usar toda la mano para accionar la maneta de embrague, pues el manillar queda suelto y la rueda delantera cobra vida. Además, las pérdidas de tracción son continuas, y es fácil que el desplazamiento del cuerpo hacia atrás te provoque el descontrol absoluto del mando del gas. Y cuanto te vas hacia atrás, lo que haces es acelerar más. Nada bueno, os lo aseguro.

Cargar peso en la rueda delantera y el control de la moto con las rodillas se hace imprescindible. Bueno, en mi caso y con lo que mido, el control lo hacía con las pantorrillas. Lo bueno de ser alto, es que casi siempre me llegan los pies al suelo, por lo que si se calaba la moto (algo frecuente), siempre podía poner pie a tierra. Algo que no conseguía mi compañero de equipo y acababa haciendo la croqueta en el camino. Eso si, las motos son duras como piedras.

Bendito arranque eléctrico porque el agotamiento que teníamos era exagerado. La tensión que llevábamos sobre la moto, y el tener que tirar de ella en más de una ocasión, nos hacía sentir machacados los brazos y las piernas. Si tenemos que arrancar a palanca, y encima en posiciones precarias sobre piedras, estaríamos todavía en el monte.

Eso si, no todo es sufrir, al menos por mi parte. Me reí una barbaridad. Al final, me dolían hasta las mejillas de las carcajadas. Pepe, que empezó a temerse lo peor, se dejó llevar poco a poco por la juerga, porque aunque nos movíamos lentos, avanzábamos poco a poco. Me sorprendió lo que se puede frenar en terrenos que no son asfalto, parece increíble el buen funcionamiento de frenos, ruedas y suspensiones.

Una magnífica experiencia la que pude disfrutar gracias a Motormanía y Husaberg, de la que conservo unas cuantas anécdotas que no podré contar. Lo que pasa en el monte, se queda en el monte.

• Motor:

• Tipo: Monocilíndrico, 4 tiempos

• Cilindrada: 449,3 cm³

• Potencia max. dec.: N/D cv a N/D rpm

• Par max. dec: N/D Nm a N/D rpm

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