Ducati Monster 821, toma de contacto (primera parte)

Ducati Monster 821, toma de contacto (primera parte)
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La semana pasada pudimos probar junto con otros medios españoles la nueva Ducati Monster 821. Y, aunque la prueba a fondo será un poco más adelante, aquí vamos a traeros un amplio resumen de lo que dio de si esta presentación que transcurrió por las calles de Valencia ciudad y unas cuantas carreteras de los alrededores. Aprovechando el desplazamiento en tren desde Alicante hasta Valencia me pegué una nueva revisión de la nota de prensa que nos había llegado en su momento, si queréis repasarla, podéis releer el artículo que publicamos en Motorpasión Moto hace unas semanas sobre ella.

Grosso modo estamos frente a una nueva generación de Ducati Monster que se inició con la Ducati Monster 1200 que probó Jesús hace unas semanas. Ahora la Ducati Monster 821 es el escalón inmediatamente inferior den la familia Monster y viene a sustituir a todas las anteriores. Si, has leído bien, la Monster 821 va a ser la más pequeña de la familia, que ya no contará con ninguna moto con el motor de aire. Este, según nos contaron, quedará reservado para la Ducati Scrambler que conoceremos a finales de año.

Ducati Monster 821, la bella bestia

Ducati Monster 821, presentación prensa

Tras el viaje, nos esperaban en las instalaciones que Ducati tiene en Polígono de la Mediterranía cerca de Massamagrell, a las afueras de Valencia, seis Ducati Monster 821. Todas ordenaditas y preparadas para dar una vuelta antes de que el calor nos derritiera las neuronas. Primero recibimos la charla sobre el manejo de la electrónica que monta esta Monster de última generación. Y la verdad es que una vez delante de ella te das cuanta de que está pensado para que sea algo fácil y sencillo. Pero no adelantemos acontecimientos.

A mi que soy un apasionado de las motos clásicas las últimas motos que van apareciendo en el panorama suelen no decirme nada o casi nada, pero esta muchacha que esperaba en la puerta de las oficinas de Ducati tiene un no se qué que te deja pensativo un rato. Casi como si fuera una señal acabé dejando el casco encima de la única unidad blanca, que me acompañaría casi durante toda la mañana.

En la charla previa nos insistieron bastante con que desde la llegada del grupo VAG al accionariado de Ducati se está haciendo un esfuerzo muy grande para que la marca italiana se asocie con la máxima calidad. Y he de reconocer que tras examinar detenidamente la Ducati Monster 821 parece que lo están consiguiendo. Allí donde miras se ven detalles bien resueltos y piezas elaboradas aunque sean una simple brida que sujeta un cable.

La moto parece voluminosa, pero es una ilusión óptica que produce el depósito que está fabricado en chapa de acero. Su forma esculpida permite encajar las piernas en él sin ningún esfuerzo. El asiento es confortable como pocos y la posición, gracias al rediseño del manillar no sientes que vas “al ataque” en cuanto te subes a la moto. Una pena que los retrovisores no estén a la altura y en ellos sólo veas una buena parte de tus brazos en medio de unas vibraciones que hacen perder la definición de la imagen.

Ducati Monster 821, presentación prensa

Una vez realizados los chequeos necesarios tras darle al contacto vemos como el cuadro de instrumentos cobra vida. En ese cuadro LCD tenemos casi toda la información necesaria para saber lo que pasa en el motor y a nuestro alrededor. Porque indica desde a temperatura ambiente, velocidad y revoluciones del motor hasta datos como la temperatura de funcionamiento del Testastretta 11º el modo de conducción elegido, los kilómetros parciales y el consumo instantáneo. Pero por desgracia en ningún sitio encontraremos un nivel de gasolina, tan sólo hay un testigo que indica la entrada de la reserva, ni un indicador de marcha engranada. Algo que puede parecer innecesario, pero con un motor así de lineal se agradecería mucho.

La electrónica es facilísima de controlar. En la piña izquierda encontramos además del botón de los intermitentes, las ráfagas y el claxon un par de botones más que controlan las dos ventanas accesorias del cuadro de instrumentos. Con el superior pasamos del reloj, a los kilómetros totales o a los dos parciales y con el botón inferior pasamos pantallas que nos informan del consumo medio, del instantáneo o la velocidad máxima alcanzada. Pero lo realmente interesante es el botón de los intermitentes, que controla el menú de los modos de conducción.

Con un toque en el botón de anulación de los intermitentes se accede a cambiar el modo de conducción, otro toque y vamos cambiando de modo, hasta que llegamos al deseado que confirmamos con un toque un poco más largo. En ese momento, si la moto está parada se selecciona sin más. Si la moto está en marcha (rodando) te pide que cierres el gas para re-programarse. Sencillo a más no poder.

En ese momento puedes apreciar que lo que nos han contado de los tres modos de conducción se nota bastante. Si pasas del modo Sport al modo Urban se nota que el gas se ha quedado como “sordo” ya que un pequeño toque en el modo Sport hace que las revoluciones suban muy rápidamente, mientras que en el modo Urban lo hacen de una manera mucho más perezosa.

Arrancamos y nos vamos a dar una vuelta por Valencia

Ducati Monster 821, presentación prensa

La primera parada estaba programada en las inmediaciones de la Ciutat de les Arts i les Ciencies, un bonito escenario en el que hacer algunas fotos a una bonita moto italiana. Para llegar hasta allí rodamos unos pocos kilómetros por autovía hasta eternos en el tráfico de la capital del Turia. Para este trayecto elegí el modo Urban, que como ya hemos comentado deja la moto con 75 cv, una entrega de potencia “relajada” y sitúa el sistema de control de tracción y ABS muy altos para evitar ningún susto.

De esta manera te puedes mover por el tráfico sin tener que preocuparte más que de sortear los demás coches, furgonetas de reparto y algún Scooter que miraba sorprendido el grupo de Ducati Monster 821. La respuesta del gas, aunque es más suave que en las otras dos opciones no se nota corta en ningún momento. Siempre hay suficiente potencia para sortear ese coche que acaba de incorporarse a la vía y va un poco más lento.

Los frenos responden sin problemas gracias al doble disco con pinzas Brembo mono-bloque que instalan. Aunque para mi gusto quizá respondían demasiado contundentemente obligando a trabajar extra a la horquilla invertida Kayaba de 43 mm. Claro que con los neumáticos Pirelli Diablo Rosso II sentías como ibas pegado hasta en el pulido asfalto de la ciudad. La primera impresión es que esta moto con sólo 75 cv va más que sobrada para moverte por la ciudad.

Desde el punto en el que nos hicimos las fotos partimos rumbo hacia Dos Aguas, el pueblo de Héctor Barberá. Esto nos llevaba a hacer unos cuantos kilómetros por la autovía de circunvalación de Valencia, salir por la A-3 hasta llegar al primer tramo con curvas. Pero esto os lo contaré mañana.

Siguiente parte | Ducati Monster 821, toma de contacto (segunda parte)

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