BMW R 1200 RT, prueba (conducción en ciudad y carretera)

BMW R 1200 RT, prueba (conducción en ciudad y carretera)
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Mientras los acabados de prácticamente todas las superficies son garantía de calidad de BMW buscamos visualmente el lugar que queremos ocupar a lomos de la BMW R 1200 RT. Es una moto típicamente grande y por definición del segmento al que pertenece no podría ser de otro modo, en particular su parte superior ancha y los cilindros del motor bóxer asomando por los costados la hacen parecer más voluminosa y visualmente pesada de lo que realmente es.

Aprovechando que ya tenemos cierta experiencia sobre motos de turismo la comparación obligada es con una de las últimas rivales en llegar al segmento. En duelo contra la Triumph Trophy 1200 SE que tuvimos la ocasión de analizar en verano pasa lo contrario, aunque la BMW visualmente parezca menos dinámica una vez a sus mandos los kilos desaparecen y la británica pierde por goleada. El secreto es que en realidad la BMW R 1200 RT es la más ligera de su segmento con 259 kilos, casi 50 menos que la Triumph.

BMW R 1200 RT: ¿tan fácil?

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La primera gran prueba de fuego a la que me enfrento con motos tan grandes como la BMW R 1200 RT que incorporan caballete central es si seré capaz con mi corta estatura de sujetar la moto al bajarla de su posición de reposo. No es que no sea capaz materialmente, pero es una operación a la que tengo mucho respeto y procuro llevarla a cabo con la mayor seguridad posible, así que con la mano izquierda sujeto el manillar mientras que con la derecha agarro con fuerza el asa del portabultos trasero.

Un pequeño retroceso para coger impulso sobre la rueda trasera y… ¡ale!, ya está en el suelo. Así me vino a la mente una frase que repetiría varias veces durante la prueba: ¿tan fácil? Sí.

Ahora que ya estamos los dos a la misma altura y tenemos que empezar a entendernos nos subimos con decisión sobre su amplio asiento. Está tan bien aplomada en parado que casi puedes hacer un abordaje a lo pirata con el caballete lateral puesto y no se inmuta lo más mínimo. Los pies nos llegan al suelo ambos de milagro, sólo la punta de las botas, así que nos bajamos para sacar el asiento y ver si podemos bajarlo 20 milímetros con la regulación que permite, pero no, ya está en la posición más baja. De todas maneras escorándonos un poco llegamos bien, no es tanto hándicap la altura del asiento sino más bien la anchura de éste y el arco que tenemos que hacer con las piernas.

BMW R 1200 RT: habitabilidad de primera

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Una vez hemos encontrado nuestro lugar es hora de girar el contacto de la BMW R 1200 RT, las dos esferas analógicas nos saludan, arrancamos, el motor hace su típico meneo a la derecha y los 1.170 centímetros cúbicos de ingeniería bávara cobran vida. Apretamos la maneta del embrague con accionamiento hidráulico, suavísimo, pulsamos con el pie izquierdo el pedal para engranar primera y no encontramos oposición ni hay ningún sonido proveniente de la caja de cambios.

¿Tan fácil? De nuevo: sí… eso es lo que dice el indicador de marcha engranada, así que el al típico clonk le deben tener manía en Alemania por lo que parece.

bmw r 1200 rt

Ahora llevamos las manos a sus puestos de combate y la naturalidad con la que llegan hasta los puños es digna de elogio. El triángulo manos-pies-asiento tiene una forma perfecta para devorar kilómetros aunque en un primer momento parezca que estamos demasiado erguidos y alejados de la rueda delantera. ¿La BMW R 1200 RT es muy voluminosa en los primeros metros? Sí, pero no se siente ni grande ni pesada, ni siquiera al maniobrar en parado los kilos pasan tanta factura como en la Triumph Trophy 1200 SE y quien nos hace más difícil la tarea es el esquema de suspensiones.

Uno de los puntos a destacar es el gran esfuerzo realizado por BMW para que te sientas en la R 1200 RT como en tu propia casa. Siempre los alemanes hacen en éste apartado las cosas muy bien pero cada vez que me subo a una de ellas me sorprende lo cuidados que están algunos detalles para ofrecerte una comodidad propia de ese hueco concreto del sofá donde los cojines ya han cedido, ese mullido al que nuestras posaderas le tienen tanto cariño. Las piernas tienen su lugar y quedan protegidas al mismo tiempo que permiten la movilidad necesaria en un entorno de circulación densa.

bmw r1200rt

Hasta ahora no habíamos hablado de las maletas pero ahí están como equipamiento de serie. Dos buenas maletas rígidas desmontables de 30 litros de capacidad para que dejemos el equipaje que podamos llevar encima y conducir sin estorbos. Tienen cerraduras independientes con tres posiciones: open, close y release. Para desmontarlas es tan sencillo como girar la llave hasta la posición release, desplegar el asa y sacar la maleta que se ancla sobre dos pestañas y una guía. Para volverla a montar sólo habrá que realizar la operación a la inversa y las tendremos montadas de forma inamovible.

En su interior cabe holgadamente un casco integral y las tiras elásticas se encargan de que no se nos caiga todo al abrirlas. También las tapas tienen un limitador de recorrido mediante un carrete de cinta que dejará las maletas abiertas en paralelo con el suelo sin que las bisagras sufran.

BMW R 1200 RT: ¡carreteras a mí!

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A quien piense que éste tipo de motos son sólo para ir de viaje a un ritmo muy tranquilo tengo que decirle que se equivoca por goleada. Ya tenga o no tenga incorporado el ESA II, aunque vayas en la regulación más confortable de las suspensiones, la BMW R 1200 RT tiene unas reacciones tan neutras y predecibles que otorga una sensación de confianza que te permite ir muy rápido sin sentir que estés haciéndolo.

Sólo te hace falta coger una rotonda para ver lo mucho que es capaz de inclinarse una moto tan grande y tan cargada sin que tengas la necesidad de recuperar la verticalidad. Las suspensiones no flanean por muy fuerte que estemos apoyados y sólo se hunden un poco al acelerar fuerte con la moto aún tumbada. Pero es en la entrada de las curvas donde más confianza aporta el Telelever delantero, lo comprobé en un tramo de curvas con cambios de rasante muy seguidos y pronunciados en plena trayectoria. Donde con muchas motos tienes el impulso de cortar gas con la BMW R 1200 RT no lo hice y no sentí que hubiera nada fuera de control.

bmw r 1200 rt

Con un conjunto tan bien equilibrado y una ergonomía óptima no acusaremos cansancio en tramos de curvas porque los kilos de la BMW R 1200 RT parece que se han esfumado. Con el modo Sport seleccionado se mueve con soltura y gracilidad entre curvas, no hay casi transferencias de pesos en aceleraciones y deceleraciones y pese a su tamaño no es perezosa en los cambios de dirección.

Sí que es verdad que el propulsor estirando marchas entre curvas cumple, pero no es el uso que más le gusta y hay cierto nivel de vibraciones en el manillar. En ese punto es donde la Triumph Trophy 1200 SE gana con su tricilíndrico. Aun así las reservas de potencia son generosas y una marcha más larga de la habitual siempre es bien recibida por éste conjunto, hay que acostumbrarse a usar un régimen más bajo del habitual sin que nos quedemos sin chicha. Además de que si hacemos una reducción brusca el cardan nos recordará con algún bloqueo que quizá nos estemos emocionando más de la cuenta.

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