En el futuro ya no cambiaremos ruedas, saluda a las turbinas de la Sonic SX
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En el futuro ya no cambiaremos ruedas, saluda a las turbinas de la Sonic SX

Charles Bombardier es, como su apellido deja entrever, uno de los propietarios de Bombardier (gigante de los vehículos de ocio, industria aeroespacial y vehículos de transporte), pero además es un ingeniero apasionado por los avances y las ideas rompedoras. Cuando el año pasado Frank Zapata dejó ver su último proyecto el pasado mes de abril, la Flyboard Air, una tabla con la que volar sobre el agua impulsada por turbinas de moto acuática, los dos genios se pusieron en contacto y junto con Aaron Hughes, otro ingeniero industrial y quien ha realizado los bocetos, empezaron a dar forma a la Sonic SX. La primera moto voladora.

¿Y si empezamos a dar forma a una moto voladora? Al fin y al cabo, después de haberlas visto decenas de veces en las películas ya sabemos que en el futuro las motos no tendrán ruedas, así que alguien tiene que dar el primer paso, ¿no?

La moto voladora ya se está gestando

Esta moto futurista se impulsaría gracias a cuatro turbinas, dos situadas en el "eje" delantero y otras dos en el trasero. Todas ellas deberían ser direccionables para poder realizar las operaciones de despegue y aterrizaje y, además, debería contar con otros dos propulsores laterales con los que controlar la deriva lateral. La estabilidad también debería reforzarse con elementos aerodinámicos que aportasen estabilidad y sustentación durante el vuelo rasante, ya fueran fijos o activos.

Lo bueno de utilizar turbinas que se sitúan en la zona baja de la moto es que en el cuerpo desaparecería el motor y todos sus accesorios periféricos, lo que supondría un montón de espacio aprovechable para cargar con combustible. Bombardier habla también de poder llevar un segundo depósito en la espalda del piloto, como con una mochila, pero qué quieres que te diga... si caerte en moto no hace nada de gracia, imagina hacerlo desde un bicho que vuela a toda leche cargado con 20 litros de queroseno a la espalda.

Flybike

La electrónica sería otro de los pilares fundamentales de la Sonic SX, ya que habría que desarrollar un complejo sistema de vuelo que ayudase a estabilizar el vehículo de forma automática, aunque claro, eso no quiere decir que cualquiera pudiera subirse en una de estas motos voladoras sin conocimientos y no estrellarse nada más despegar. Los pilotos deberían ser entrenados y posiblemente podrían hacerlo sobre simuladores de agua adaptando la idea al medio predilecto de Zapata.

Para el despegue y el aterrizaje la Sonic SX se apoyaría sobre cuatro soportes como las prótesis ortopédicas flexibles humanas que utilizan algunos atletas paralímpicos, sobre las que descansaría al aproximarse con suavidad al suelo. Además, la zona inmediatamente inferior se iluminaría con un potente sistema de luces LED para mejorar la visibilidad.

Aunque en un inicio está concebida como una moto de recreo o, en un estado más maduro de su desarrollo, para hacer carreras en pequeños aeródromos (un guiño para GoPro, Monster Energy, Red Bull...) lo más seguro es que el proyecto de llevarse a cabo terminase inicialmente en las celosas manos del ejército de los Estados Unidos y se destinase a tareas tácticas o de reconocimiento. Posiblemente al final terminase derivando en un modelo civil recreativo como ha ocurrido con las adaptaciones de Timberseld, pero pasarían muchos, muchos años.

Quizá en un futuro, cuando fuese un modelo real, con aplicaciones civiles y una tecnología más madura, su autonomía sería la suficiente como para ser un vehículo "convencional" con el que ir de forma rápida de una ciudad a otra. Pero claro, ese mañana sería un nuevo marco en el que los coches voladores fueran algo habitual, algo que me cuesta mucho imaginar teniendo en cuenta que ya estamos teniendo algunos conflictos legales con la llegada de los sistemas de conducción autónoma.

Sonic Sx 1

Yo lo veo, la menos ahora, como un juguete muy caro. Ahora están de moda los drones, las carreras con estos cacharros voladores por los bosques o zonas industriales abandonadas, pero en el momento en el que nos podamos montar en uno de ellos para correr contra otros pilotos en pequeños aeródromos, ¿quién va a resistirse?

Fotos | Aaron Hughes, Fly Bike
Vía | The Globe and Mail

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