El motor de aire líquido de Peter Dearman, el posible combustible del futuro

El motor de aire líquido de Peter Dearman, el posible combustible del futuro
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Haciendo un resumen rápido de los tipos de motores que hemos visto hasta la fecha podemos tener los de combustión interna de derivados del petróleo, células de hidrógeno, eléctricos, de aire comprimido y ahora, gracias al ingenio de una cabeza pensante llamada Peter Dearman, tenemos el motor de aire líquido. Este británico lleva años trabajando en el proceso de generación de energía a partir de la expansión del aire con los cambios de temperatura.

Lo primero que hay que hacer es explicar lo del aire líquido yo creo, ¿no?. Pues resulta que cuando el aire corriente baja de una temperatura de 196 grados centígrados, a una atmósfera de presión, los diferente gases que componen el aire que respiramos (N2, H2 y, en menor proporción, CO2) arrejuntan tanto sus moléculas que pasan del estado gaseoso al estado líquido. Ésto quiere decir que el volumen de un metro cúbico de gas pasa a ocupar muy poco espacio, tan poco que cabe en una lata de refresco.

Con el principio inverso, lo que conseguimos es que a medida que cuando el líquido, a temperatura ambiente, expande sus moléculas lo hace de una forma muy rápida consiguiendo un efecto parecido al de la mezcla de líquido inflamable y gas que se expanden en una combustión. De éste modo, y encerrando pequeñas cantidades de aire líquido en un cilindro bien aislado, al expandirse ejercerá cierta fuerza sobre un pistón pudiendo empujarlo y generar movimiento sobre un cigüeñal de la misma manera que, hasta ahora, lo hacemos a base de prender fuego a líquidos inflamables.

Pero, ¿es posible que funcione?. Pues sí, y hasta lo ha montado en un Opel Corsa viejuno. Aunque mejor que lo veáis vosotros mismos.

El motor Dearman es estructuralmente muy parecido a un motor de combustión, con sus válvulas, su admisión desde un depósito de aire y su escape. Lo cierto es que de todo el entramado, obviando los prototipos más rudimentarios, lo que encuentro más engorroso es el tema del depósito, porque ha de ser un recipiente hermético de alta presión, aunque no creo que difiera mucho de una bombona de buceo, por poner un ejemplo.

Entre las muchas ventajas de éste proceso llevado a la práctica por Dearman cabría destacar que las emisiones son cero, porque lo único que sale a la atmósfera por el tubo de escape es el mismo aire que se recoge previamente de la atmósfera. Además no se pierde parte de la energía porque, al contrario que en la combustión interna, no se genera calor.

Por supuesto que no todo van a ser ventajas y facilidades. De entre los inconvenientes del sistema el más importante es cómo evitar que el líquido se caliente y se convierta en gas antes de llegar a la cámara de expansión. Peter lo ha solucionado con un circuito de recirculación del mismo líquido que se conecta a un intercambiador de calor y evita que el líquido se expanda antes de tiempo. Para las demostraciones del vídeo está usando nitrógeno líquido por comodidad, pero dice que no habría que modificar nada en los motores para usar aire líquido.

Actualmente están trabajando junto a Ricardo Engineering para pasar de una buena idea a un producto comercializable. Lo mejor es que os deis una vuelta por su página web y descubráis todas las posibles aplicaciones de estos, aparentemente, sencillos motores. Y confiemos que la patente no caiga en saco roto como ha pasado en otros casos, porque este tipo de inventos me encantan y, le pese a quien le pese, son el futuro.

Vídeo | Youtube Vía | The Kneeslider Más información | Dearman Engine

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