Una niña de 3 años y su padre, hospitalizados al provocar un angustioso accidente con un Can-Am Spyder

Una niña de 3 años y su padre, hospitalizados al provocar un angustioso accidente con un Can-Am Spyder
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Estados Unidos es un lugar peculiar, un lugar en el que 310 millones de habitantes censados tienen una especial predilección por los vehículos a motor que en ocasiones provoca situaciones tan angustiosas como la siguiente.

Un padre y su hija de tres años han tenido que ser hospitalizados a causa de las lesiones que han sufrido cuando la pequeña puso en marcha un Can-Am Spyder. Por suerte el padre logró tirar a ambos del triciclo antes de que chocaran contra una pared a toda velocidad.

Hospitalizados pero sin lesiones graves

El padre dejó aparcado junto a la entrada de su casa el Can-Am Spyder con el motor arrancado y sin ningún bloqueo ni supervisión. Durante los pocos minutos que el triciclo permaneció estacionado y en marcha su hija de tres años se acercó al vehículo y lo hizo arrancar a toda velocidad, casi sin dejar tiempo a su padre a reaccionar.

Su progenitor tuvo el tiempo justo para abalanzarse sobre la parte trasera del vehículo y agarrarse mientras su hija seguía apretando el acelerador. La moto ganó rápidamente velocidad por la calle y se dirigió sin control hacia un transitado cruce regulado por semáforos donde, por suerte, no colisionó contra ningún otro vehículo.

Accidente Can Am

Incapaz de subirse a la moto en parte por tener una pierna ortopédica, el hombre de 35 años consiguió soltar a su hija haciendo que cayera al suelo y acto seguido tirarse él mismo de la moto antes de que chocase frontalmente contra el muro de una gasolinera.

Ambos sufrieron heridas de diversa consideración, por abrasiones contra el asfalto y un fuerte golpe en la cabeza de la niña, por lo que han tenido que ser hospitalizados aunque se recuperarán pronto. Por otro lado la policía ha investigado el suceso y se ha descartado de momento la culpabilidad del padre por lo que no se presentarán cargos, aunque nunca hubiera estado de más haber apagado el motor, como poco.

En realidad este suceso ha podido ocurrir en cualquier parte del mundo con cualquier vehículo, pero la facilidad de acceso a los vehículos a motor gracias a un precio asequible y a un coste de los combustibles reducido en Estados Unidos, junto a la permisividad hacia ciertas prácticas dan lugar a accidentes tan poco comunes.

De cualquier manera esperamos que tanto el padre como su hija tengan una pronta recuperación de sus lesiones y especialmente del susto que han debido llevarse ambos.

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