Yamaha XTZ 750 Super Ténéré, el mito que dominó el París-Dakar durante la década de los años 90
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Yamaha XTZ 750 Super Ténéré, el mito que dominó el París-Dakar durante la década de los años 90

La historia del Rally París–Dakar es apasionante, da para mucho. Si bien en sus primeros años la prueba más dura del mundo está ligada estrechamente al nacimiento y éxito de las motos bávaras y a su motor bóxer como ya te contamos, el protagonismo de la siguiente década del famoso rally viajaría hasta Japón y Francia de la mano de Yamaha.

La década de los 90 quedaría atada al mito que creó la marca japonesa con la Yamaha XTZ 750 Super Ténéré de serie y de sus variantes de competición, y a su piloto más carismático: un joven Stephane Peterhansel antes de convertirse en ‘Monsieur Dakar’. Una gesta lograda en gran parte gracias al apoyo de Yamaha Motor France y a su departamento de competición totalmente volcado con la prueba más dura del mundo.

El inicio, finales de los años 80

escuadra-yamaha-francia

Corría el año 1987 cuando, aprovechando la retirada de BMW un año antes, la marca japonesa empezaba a mascar las sucesivas victorias que conseguirían a lo largo de la próxima década. En Japón el departamento de desarrollo de Yamaha se puso a trabajar ese mismo año para alumbrar una máquina de carreras que cambiase el panorama dentro y fuera de la competición, pero especialmente para competir y ganar en 1988.

Antes de coronarse campeona por primera vez en 1991, la Super Ténéré obtuvo tres segundos puestos consecutivos: en 1988, 1989 y 1990. Este último con el español Carlos Mas

Esa máquina fue la Yamaha YZE750 Ténéré, la hoy mítica 0W93. La historia estaba en marcha con ocho maquinas 0W93 dispuestas a tomar la salida ese mismo año repartidas entre la escuadra francesa Sonauto, la italiana Belgarda y la del equipo español Yamaha Camper con Carlos Mas. Estaba propulsada por un motor monocilíndrico de 753 cc y cinco válvulas con refrigeración líquida, 158 kg de peso y 53 litros de combustible.

Aunque la recién nacida no pudo hacerse con el título a la primera, ya apuntaba maneras. Uno de los italianos, Franco Picco terminaría segundo ese mismo año. Al siguiente, en 1989, Picco volvería a realizar una gran actuación acabando en segundo puesto, esta vez con la evolución la 0W94, un modelo mejorado, en parte, con el desarrollo del modelo de producción que Yamaha sacó a la venta ese mismo año, la Yamaha XTZ 750 Super Ténéré.

Yamaha XTZ 750 Super Ténéré, el modelo de serie

Yamaha Xtz750 89

El modelo de serie fue presentado en el otoño de 1988 en Salón de la Moto de París, estuvo en producción tan solo cinco años: de 1989 a 1994. A diferencia del modelo del Dakar, el motor encargado de moverla sería un bicilíndrico en línea con 5 válvulas por cilindro y de 749 cc con 69 cv de potencia y refrigeración líquida.

Con estas entrañas, la Yamaha XTZ 750 Super Ténéré podía alcanzar una velocidad máxima de unos 190 Km/h, contaba con encendido CDI y una caja de cambios de cinco velocidades. En el apartado de las suspensiones, montaba una horquilla con 235 mm de recorrido y un monoamortiguador trasero de 215 mm de recorrido. El apartado de freno se confiaba a un doble disco delantero de 245 mm y un trasero de 236 mm, montados sobre llantas de 21 y 17 pulgadas respectivamente.

Yamaha Paris Dakar Rally Motorcycles

Con unos soberanos 203 kilogramos de peso en seco y una capacidad para cargar 26 litros de combustible, no es de extrañar que la Super Ténéré se erigiese como líder del sector trail, con el permiso de la Honda XRV 750 Africa Twin. Sus cifras contribuyeron posteriormente a afianzar en la época trail con cilindradas más pequeñas, pero esa es otra historia.

Los maravillosos años 90 para Yahama

Peterhansel 1991

Retomando la carrera hacia el éxito en el París-Dakar de la Super Ténéré, los años 90 se volverían a inaugurar en el segundo escalón del podio una vez más. Esta vez la moto subcampeona estaría pilotada por el español Carlos Mas, era otra versión evolucionada que cubicaba 802 cc.

Stephane Peterhansel y la Super Ténéré compartirían la victoria del París-Dakar en 1991, 1992, 1993, 1995, 1997 y 1998, acumulando seis títulos y sumando 33 victorias de etapa en ese periodo

El año siguiente, 1991, sería el punto de inflexión para la marca, el modelo y el joven campeón francés del nacional de enduro Stephane Peterhansel. A partir de entonces, Peterhansel instauraría el principio de una hegemonía que se extiende muchos años después incluso a las cuatro ruedas y que finalmente le valió su apodo.

Peterhansel 1991

Con otra versión algo más avanzada que la pilotada por Mas, Yamaha se hizo con el podio íntegro en 1991 y Peterhansel sumó la victoria para la marca de los diapasones. Una victoria que repetiría en 1992, 1993, 1995, 1997 y 1998, acumulando así seis títulos y sumando un total de 33 victorias de etapa. Una bestia del desierto.

Las victorias del 92 y del 93 fueron sobre una renovada Yamaha YZE850T, la misma moto que la anterior pero con motor retocado, con la cilindrada subida hasta los 857 cc para conseguir un extra de entrega de potencia y par motor.

Orioli 1994

En 1994 la organización del evento cambió las normas limitando la participación a los modelos de producción. Con esta circunstancia, el título de ese año cambiaría de manos para caer en las del piloto italiano Edi Orioli a bordo de su Cagiva Elefant 900.

Aquel año la casa madre de Yamaha en Iwata suspendió su participación desde fábrica. Fue entonces cuando Francia entró en juego al recoger el testigo la filial gala, Yamaha Motor France, que presentó 15 unidades de la Yamaha XTZ850R Super Ténéré de dos cilindros de producción, diseñadas y retocadas especialmente para el rally.

Al llegar 1995 Peterhansel se hizo con el Dakar por cuarta vez, victoria que volvió a alternar en 1996 con Edi Orioli, esta vez para Yamaha sobre una XTZ 750 de serie. Los dos últimos años que terminaron de consagrar a Monsier Dakar fueron 1997 y 1998, donde Peterhansel se hizo otra vez de forma consecutiva con la victoria sobre la Yamaha XTZ850 TRX.

Así, durante casi una década, la Yamaha Super Ténéré demostró un poderío hegemónico en la prueba más extrema del mundo, haciendo gala de unas aptitudes que no pasaron desapercibidas para el público aficionado a las motos, que respondió con una gran aceptación a finales del siglo XX. A cambio, las Super Ténéré obsequiaron a sus propietarios con una fiabilidad propia del París-Dakar.

Fotos | ParisDakar.it

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