Volver a las bellas tierras de Argentina es un movimiento perfecto. Durante la última década el campeonato del mundo de MotoGP se había olvidado del centro y el sur del continente americano donde se encuentran tantos miles de aficionados. Ellos, además, se enfrentan continuamente a continuas carreras de madrugada dado que la mayor parte de los Grandes Premios tienen lugar en Europa. Pero visitar Argentina es mucho más que una gran estrategia comercial.
Puede que haya pasado mucho tiempo y que se haya perdido dentro de tantos recuerdos pero fue en Argentina donde vivimos dos de los más famosos finales de campeonato de la gran categoría de 125cc. Dos finales que terminaron de otorgar al italiano la fama de ser un piloto que juega sucio cuando se ve superado. Antes de que den comienzo los entrenamientos cronometrados vamos a echar la vista atrás para revivir la historia del GP de la República Argentina y revisar el nuevo circuito de Termas de Río Hondo.
Los dos finales a los que hacemos mención líneas arriba son, ni más ni menos, que los de 1998 y 1999. En el primero los protagonistas fueron Loris Capirossi y Tetsuya Harada, o mejor dicho, sólo Capirex. Siendo la última carrera del año y con sólo dos puntos de diferencia entre ambos pilotos Aprilia, Loris (segundo) no vio otra manera de ganar que lanzarse como un kamikaze en la última curva. El impacto tiró a Tetsuya, que poco pudo hacer, y Loris pasó por meta como campeón del mundo de la categoría.
Más juego sucio llegó un año después. Esta vez el campeonato se iba a decidir entre Emilio Alzamora (en una estructura con Ángel Nieto y Dani Amatriain entre otros) y Marco Melandri. A Marco no le bastaba con ganar la carrera pues, para su desgracia, a Emilio le valía con la segunda plaza que tenía asegurada a pocas vueltas del final. Marco no vio otra salida que cortar gas hasta perder dos segundos esperando a Alzamora. Emilio pasó rápido a sabiendas de que algo tenía entre manos el italiano. Y así fue, durante los siguientes metros Marco intentó hacer perder el control al piloto español con movimientos fuera de lugar. Emilio abandonó el juego y dejó que Melandri ganara la carrera: “quasi World Champion” decía su camiseta.
Pero todo aquello forma parte del pasado y hoy el GP de Argentina tiene lugar en un circuito radicalmente distinto y de reciente construcción. Como suele ocurrir en casi todas las partes del mundo, las obras de remodelación se retrasaron y ha habido que esperar hasta 2014 para que MotoGP desembarque en Termas de Río Hondo. Ha sido recibido una fuerte inversión (144 millones de pesos) y al situarse en una zona turística supone una atracción más para el desarrollo regional y su imagen internacional.
A pesar de ser un trazado nuevo hay pilotos que ya pudieron rodar en 2013 para tomar valiosos datos de cara a esta temporada. Por parte de Honda, fueron Stefan Bradl y Álvaro Bautista, Cal Crutchlow por Yamaha, Héctor Barberá por el Avintia Blusens y Nico Terol y Tito Rabat en representación de Moto2. El tiempo más rápido de la jornada fue para Stefan con giro de 1’44”888. Pese a todo, por entonces el circuito estaba sucio y apenas brindaba un agarre óptimo por lo que, en palabras del propio Bradl, no parece ser una gran ventaja frente a sus contrincantes.
Nos encontramos ante un trazado plano y rápido con una larga recta trasera, donde las curvas lentas no lo son tanto y que cuenta además con cuatro curvas rápidas al más puro estilo Phillip Island – salvando distancias, claro –. Se dice que al ser un circuito nuevo habrá más variables pero me temo que serán las Honda del equipo Repsol las que se adapten más rápido para completar los 4.805 m.
Pero quién sabe. Quizás volvamos a ver a una Ducati “satélite” subir al podio durante el estreno de un nuevo gran premio.
Nota: a pesar de lucir unas grandes instalaciones y de ser un reclamo internacional, hay gente que ignora el daño que hacen a la imagen del GP. Aleix Espargaró denunció haber sido robado en la oficina (tableta, portátil, cartera…).
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