Difícil. Si una palabra se tiene que repetir entre las más repetidas en la boca del equipo Repsol Honda y más concretamente en boca de Marc Márquez y su equipo es esa: difícil. El fin de semana en el Gran Premio de Catalunya no ha sido precisamente un camino de rosas para el de Cervera pese a haber comenzado dominando en los inútiles entrenamientos libres del viernes.
En una carrera inteligente donde a punto estuvo de ser fulminado por Danilo Petrucci con un descontrolado toque en la salida, Márquez supo gestionar la presión de correr en casa con la necesidad adicional de desquitarse una ristra de malos resultados. Logró firmar un fantástico podio en segunda posición y, de paso, confirmar que las Honda vuelven a funcionar. Al menos a veces.
"Después de cinco caídas ha sido una carrera muy difícil"
Hasta cinco veces llegó a irse al suelo Márquez durante el fin de semana, una ristra de caídas que se centraron con un total de cuatro en la jornada del sábado con una especial importancia tras anularse los tiempos de la FP1 y FP2 con el cambio de trazado.
Otra caída más en el warm up (dos más si contamos la zancadilla con el arrancador) disparó las alarmas para la carrera, pero "si me quedo con el lado positivo debo pensar que haberme caído tanto antes de la carrera evitó que me cayera en carrera". Su preocupación real fue no decepcionar, "no quería que la gente pensase que estaba pasando algo raro", así que en carrera no falló y pronto se metió entre los más rápidos en casa.
"En general estoy muy contento de cómo ha terminado el fin de semana, porque con cinco caídas la situación ha sido bastante difícil mentalmente". Marc sintió una presión poco habitual hasta el punto de confesar que "el sábado me costó dormir, y nunca suele costarme dormir. Estaba nervioso".
Una vez más y yendo un paso más lejos del soporte técnico, el 93 aseguraba que fue su entorno el que le ha devuelto a la senda correcta: "Mi equipo me ha ayudado mucho a recuperar la confianza en mí mismo y en la moto. Antes de la carrera me he dicho que era el mismo Marc del año pasado y el que ganó en Austin. Mi estilo siempre es el de seguir empujando y nunca rendirse, algo que creo que marca la diferencia algunas veces".
Nada más apagarse el semáforo, y para darle un poco más de revoluciones a su corazón, el temprano incidente de Petrucci no le ha hecho perder la concentración pues "he empezado con el objetivo de ganar. Al principio he tenido suerte cuando Petrucci me ha golpeado, porque ha sido un contacto completamente lateral y podría haber sido un desastre".
De ahí en adelante y durante la escapada de Lorenzo no perdió la calma, se mantuvo en tercera posición por detrás de la Ducati hasta que en la vuelta seis comenzó a liderar la carrera hasta el relevo tomado por Pedrosa. Las ganas de victoria no disminuyeron pero un baño de realidad en forma de Ducati lavó rápidamente sus intenciones: "Cuando he adelantado a Dani para ponerme segundo, he intentado tirar fuerte para acercarme a Dovizioso. En un par de vueltas he visto que no podía, que hoy era el día de Dovi".
El día que las Ducati funcionan, funcionan de verdad. La 99 de Lorenzo incluso también mostró sus cartas y un segundo podio no está tan mal al fin y al cabo después de un cero en Francia y el sexto de Italia. "He optado por asegurar la segunda posición. El campeonato es como una montaña rusa, así que no sabemos qué esperar carrera a carrera. Sólo podemos pensar en nosotros, mantener la concentración alta e intentar dar nuestro cien por cien".
Fotos | Repsol
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