¿Qué ocurre cuando te la pegas con una moto de pruebas? Algunos casos curiosos

¿Qué ocurre cuando te la pegas con una moto de pruebas? Algunos casos curiosos
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Siempre me lo había preguntado, aunque por suerte aun no había tenido la oportunidad de salir de dudas. Me acordé especialmente después de ver el aterrizaje forzoso de Lolo (Motojournal) en un barco con una Yamaha FJR1300. Me vino a la cabeza una vez más hace unos días cuando vimos cómo un probador de la marca o periodista era capaz de pegársela antes de salir de boxes.

Por la espectacularidad y el sentido del humor con el que se tomaron tema de Lolo en Motorjournal, fue con este caso cuando muchos preguntásteis si Yamaha reclamaría los daños provocados en la famosa touring. La moto, para ser sinceros, había quedado hecha un cristo. Entonces no pudimos daros una respuesta con certeza pero después de tanto tiempo podemos decir que estábamos/estábais en lo cierto.

Lo normal es que ninguna de las grandes compañías reclamen daños en motos de pruebas si no es debido a comportamientos realmente irresponsables. Trasladamos la pregunta a Pablo Silván, de Ducati Ibérica, que nos contó que una conducta temeraria sería tener un accidente a la salida de una discoteca, bebido y a las cinco de la mañana.

Ducati, como el resto de marcas, saben muy bien que tarde o temprano una de esas motos de pruebas sufrirá algún desliz. De hecho, si habéis asistido a las jornadas de puertas abiertas para probar alguna Ducati, habréis visto en el almacén de vuestro taller cajas con los elementos más sensibles; intermitentes, estriberas, espejillos etc… Es un coste asumible teniendo en cuenta la publicidad que se hace.

Las historias y anécdotas más curiosas bien las conocen los responsables como Pablo, pero es decisión del afectado contar la aventura o no.

Yamaha R7
Noriyuki Haga en 1999

Algunos lo hacen, como por ejemplo Roland Brown, periodista de Superbikes Magazine. Roland fue invitado allá en el año 2000 a uno de los días más memorables de su carrera. Al término de la temporada Yamaha organizaba unas jornadas de pruebas en el circuito de Jerez con tres de las más bestias motos de competición: la Yamaha R7 de Noriyuki Haga, la YZR250 de Olivier Jacque y la YZR500 de Carlos Checa.

En los boxes jerezanos esperaban las máquinas en sus colores característicos. Marlboro con el 7, Chesterfield sobre fondo plateado en la moto de Olivier y West en el carenado de la SBK. Entre las personalidades de la marca se encontraba hasta el campeón del mundo de 250 Christian Sarron. Roland se enfundó el mono y agarró los puños de la YZR500 de Checa, una moto que apuntaba al cielo constantemente pero que, según sus palabras, frenaba como los ángeles.

Después de dar unas vueltas en un prototipo de 500cc, dos tiempos con cerca de 190cv y 135kg de peso, la SBK de Nitro Nori parecía mucho más mansa. Tanto que Brown se confió y comenzó a bajar sus tiempos vuelta por vuelta. Yamaha no sólo les dejaba subirse a las motos sino que permitían a los periodistas dar una docena de vueltas al circuito.

Confiado por la suavidad de la tetracilíndrica, el intrépido periodista da gas encarando la recta de atrás cuando siente que el Dunlop trasero comienza a deslizar. El resultado fue un highside de más de 160 km/h sin consecuencias para el piloto pero que había dejado para el arrastre la OW01 de más de 130.000 euros. Por suerte, la marca de los diapasones se había retirado de campeonato aquel mismo año.

Yamaha incluso dejó que el magullado Roland se subiera en la YZR250.

Foto vía | Bikeduc blog

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