Buell 1125R, la prueba (Parte 2)

Buell 1125R, la prueba (Parte 2)
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Para animar a la 1125R se ha recurrido a un nuevo motor bicilíndrico en V a 72º. Con 1125 centímetros cúbicos permite extraerle 146 caballos a 9.800 revoluciones, y desarrolla un par máximo de 111 Nm a 8.000 revoluciones por minuto. El embrague dispone de un sistema antirrebote y un sistema hidráulico que hace suave el movimiento de la maneta.

Para transmitir la fuerza a la rueda trasera a través del sistema de correa típico de la marca americana. Éste solo pesa 450 gramos y según comenta la marca, no hay que cambiarla nunca. Debajo del motor se esconde el escape que tiene un gran silencioso cuya salida está en la parte trasera derecha, justo al lado de la rueda. Este sistema lleva usando Buell desde el año 1985, y permite centrar los pesos de la moto y bajar el centro de gravedad.

En la zona posterior de la moto el colín de reducidas dimensiones alberga el asiento para el acompañante, y se puede sustituir de forma sencilla por una tapa de plástico que le da un aspecto más deportivo a la moto.

Pasando a la posición de conducción, ésta es bastante radical. Los semimanillares van situados por encima de la tija, pero la posición del asiento hace que vayamos bastante recostados sobre el depósito y con los brazos estirados hacia delante. Tanto el pedal del freno trasero como la palanca de cambio de marchas se pueden regular para ajustarlo a las preferencias del piloto.

Para darnos todas las indicaciones, un sencillo cuadro de instrumentos dividido en dos partes, una digital y otra analógica nos muestra toda la información que necesitamos. Incuye un cronómetro de tiempo por vuelta y parciales, indicador de marcha engranada, dos odómetros de viaje, termómetro de temperatura ambiente y otras funciones.

Uno de los defectos que entontramos en la Buell 1125R son los acabados que cubren la parte trasera del carenado, ya que éste está cubierto por una serie de piezas plásticas que le dan un aspecto pobre y poco cuidado.

Ya va siendo hora de poner en marcha el motor y comprobar en nuestras propias carnes si todas las innovaciones tecnológicas que equipa la Buell 1125R la hacen realmente eficaz.

Lo primero que notamos cuando ponemos en marcha el motor es que éste hace bastante ruido, principalmente porque estaba frío. A medida que va cogiendo temperatura, el ruido se va reduciendo, pero nunca llega a ser un sonido discreto. Incluso en marcha siempre lo sentimos rugir, un sonido por cierto que poco tiene que ver con el de otras bicilindricas que hemos pilotado.

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