Hesketh Motorcycles, una marca minoritaria prácticamente desconocida

Hesketh Motorcycles, una marca minoritaria prácticamente desconocida
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La semana pasada os hablé de la Triumph 500.000 que ha salido de la fábrica de Hinckley y del éxito que ha cosechado John Bloor al resucitar una marca como Triumph. Pero resulta que hay otra historia curiosa y bastante menos exitosa en el mundo de las motos británicas, la de Hesketh Motorcycles. Para ponernos en situación hay que irse a la Inglaterra de 1980, con Margaret Thatcher recién elegida primer ministro del Reino Unido y una crisis energética mundial ahogando las industrias. Eran los años de la Movida en España y del movimiento Punk. Con esta perspectiva Lord Hesketh decidió revivir las viejas glorias de la industria británica del motociclismo y creo Hesketh Motorcycles con la idea de fabricar una moto rutera para gente con "posibles"

De ahí nació la Hesketh V-1000, una moto que basaba sus raíces en las Vincent. Aunque junto con las cualidades de la mítica moto también heredó todos los problemas de las motos británicas de principios de los ochenta. La Hesketh V-1000 eran excesivamente pesadas, con una postura de conducción al estilo antiguo, poco fiables y con numerosos problemas. Para colmo el cilindro trasero de la uve de su motor se calentaba en exceso. Aún así la Hesketh fue la primera moto británica en montar culatas de cuatro válvulas y doble árbol de levas en cabeza.

El éxito fue tal que sólo se fabricaron 139 unidades. En ese momento Triumph intentó hacerse con la marca y el diseño para reemplazar la familia de las Triumph Bonneville, pero como el mercado ya se había ido al traste y los japoneses ya lo dominaban, Triumph tuvo que hacer marcha atrás e intentar salvarse a si mismos. Mientras tanto Lord Hersketh seguía intentando reflotar su compañía y puso en producción una versión carenada de la moto original. De la Hesketh Vampire (que así se llamaba) solo vendieron 40 unidades. ¡Menudo negocio!

El último intento por salvar la marca lo protagonizó Mick Broom, el ingeniero que contrataron para solucionar los problemas del motor y que se quedó con la empresa. Pero a pesar de las mejoras introducidas en el diseño la producción anual de motos nunca pasó de las 12 unidades. Y su mayor negocio fue el mantenimiento de recambio y asistencia de las motos ya producidas. Así a tancas y barrancas la marca fue pasando de mano en mano hasta llegar a nuestros días con más pena que gloria.

Por desgracia el vídeo lo ha grabado un señor que habla en japonés, con lo que no tengo ni idea de lo que está diciendo. Y cómo la moto está en un museo tampoco podemos oir que tal suena ese motor V-1000. Eso si, podemos ver la calidad de los acabados, que puede que para los años ochenta estuvieran bien, pero ahora se ven bastante antiguos.

No es la primera vez que leemos algo así en la historia de las motos, pero hasta que llegó la gama Triumph de motos clásicas con tecnología actual y pusieron de moda las líneas retro este tipo de motos eran más una apuesta personal de unos pocos frente a las grandes tiradas de las marcas japonesas. Por suerte durante unos años vivimos una situación económica bastante boyante y en ese momento se vendía prácticamente de todo. Ahora que estamos en medio de las vacas flacas estas motos son el refugio de las motos utilitarias con cierto "estilo" Nadie sabe que veremos en el futuro pero una mirada atrás nos puede servir para entender que una moto no es un producto que se pueda echar alegremente al mercado ni mucho menos.

Vía | Faster & Faster Foto vía | Wikipedia Más información | Wikipedia; Hesketh Motorcycles

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