Se estampa contra un árbol con una Honda CBR1000RR-R y a los dos días de salir del hospital se gasta 30.000 euros en otra

Se estampa contra un árbol con una Honda CBR1000RR-R y a los dos días de salir del hospital se gasta 30.000 euros en otra
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Hay situaciones que son totalmente surrealistas, y un paso por encima de todas ellas, está la de hoy. El protagonista es un temerario motorista que iba echándole un pulso a las curvas, a su moto, y a la vida... Y acabó pagándolo caro: acaba empotrado entre dos árboles. Pero no le importó demasiado, porque a los dos días se compró otra Honda CBR1000RR-R, y no es precisamente muy barata.

MaxWrist graba en primera plana cómo un compañero se accidenta por ir jugando a las carreras, lo que nos deja una importante lección sobre lo que no hay que hacer cuando vamos en moto.

Una Honda CBR1000RR-R nueva cuesta más de 30.000 euros

Concesionario Honda 2 2023

En esta ocasión MaxWrist graba otro de esos vídeos que repulsan a parte de la comunidad motera, y que hoy nos deja una enorme lección. El motorista se va a la famosa carretera de curvas apodada como 'The tail of the Dragon', un puerto de montaña lleno de cerradas y peligrosas curvas.

Va acompañado de dos colegas, que montan una flamante Honda CBR1000RR, y otro con una Suzuki GSX-R. Si bien no montan del todo mal, parece que su técnica sobre la moto no está depurada al cien por cien, ni mucho menos.

Cuando sumamos inexperiencia a una conducción agresiva y con errores, pasa lo que pasa. Es exactamente lo que estabas esperando: el motorista se cae, aunque afortunadamente sigue vivo, y el accidente no es tan grave como en un principio parece.

Su trazada no era la apropiada, consciente de que la curva le iba a sacar de la carretera. Es entonces cuando comete el error de accionar el freno, y ahí pierde el tren delantero de la Honda. ¿Resultado? Acaba empotrado contra dos árboles, y aunque todos se temen lo peor, está vivo, pero dejando una importantísima lección.

En plena carretera de montaña ninguno tiene cobertura móvil, así que tienen que ir con la moto unos kilómetros hasta recuperarla y llamar a emergencias. Aunque el piloto se levanta por su propia mano, acaba en el hospital.

Y aquí viene lo surrealista de la historia: solo dos días después de salir del hospital, y todo magullado, el motorista va a un concesionario Honda y encarga una CBR1000RR-R. Más de 30.000 euros, sin ni siquiera molestarse en reparar la moto que acababa de accidentar. Eso es tener dinero, y también amor por las motos. Seguro que de esta aprende la lección.

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